Sin duda la serie de Netflix, inspirada en la novela ‘Cien años de soledad’, del Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez ha contado con toda la buena critica no solo de parte de los expertos internacionales, sino también del público que la ha disfrutado.
La serie, que se convierte en la más ambiciosa que haya hecho una plataforma en nuestro país, no solo por la exigencia de producción, sino por el reto que significó adaptar la famosa novela, que parecía casi imposible de hacer, ya que el mismo autor se negó a hacerlo en varias ocasiones, ha salido más que bien librada.
Sigue a la Revista Vea en WhatsAppAhora los consumidores de streaming aguardan esa segunda parte en el 2025. Mientras tanto, las noticias sobre cómo se llevó a cabo la producción y las anécdotas alrededor de la misma ocupan los titulares.
El director de la serie, Alex García concedió una entrevista donde dejó en evidencia algunos de los desafíos más importantes que tuvieron en el set, sin embargo hubo uno en especial que llama la atención y que no tiene que ver con la producción misma, sino con el creador de la novela García Márquez. Según lo narrado por el argentino, Gabo habría estado en el set el primer día de rodaje.
Equipo de ‘Cien años de soledad’ presenció evento mágico el primer día
En la entrevista, dada a El Tiempo, García detalló. “El primer día de filmación cuando estamos en la escena del pantano, la escena del éxodo que es casi el final del éxodo, dos años dando vueltas perdidos, llegan al pantano y enciman se echaron otros meses más… ese fue el primer día y ya habíamos visto esa locación, más de 10 veces, antes (de grabar) uno va a la locación muchas veces para estudiarla, para logísticas, contra los equipos … fuimos seis diez veces y nunca había flores”, comenzó diciendo y luego, sorprendió al dar a conocer que las famosas flores amarillas del realismo mágico llegaron por su cuenta, sin que ellos lo hubieran anticipado.
“Y ese día que nos ponemos a filmar hay un viento fuertísimo, pues yo estoy en un lado con los chicos de cámara y de repente, empiezan a caer flores amarillas del cielo, de este viento y llenan todo el pantano de flores amarillas… el primer plano que aparece está lleno”, mencionó el director sobre la escena que al aire justamente evidencia lo ocurrido.
Luego, explicó qué dijo el dueño del lugar donde grabaron al respecto. “El dueño de la finca, el que nos alquiló para filmar, él nos dice dijo wow esto es muy raro esto es muy raro...nunca había visto esto, estas flores no son de esta finca, son de otra finca que queda bastante lejos, así que este viento las habrá traído”.
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El director mencionó, le gusta pensar que esa fue la manera en que el Nobel les dio su aval para el trabajo que empezaba, “esas cositas a mí me gustaría pensar que era Gabo o satisfecho o enojado...yo lo vi como bendición, me gustaría pensarlo así”, puntualizó.
En el mismo diálogo, Alex indicó que cuando en pandemia lo llamaron a ofertarle encabezar el ambicioso proyecto dijo que si inmediatamente. “Tomar la decisión fue fácil después las dudas los miedos, el pánico, eso vino después”, confesó.
