
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Ya no se trata de diferencias marcadas por la edad, ni de los 11 años de experiencia laboral que, en promedio, tienen tanto hombres como mujeres. Tampoco de la desigualdad salarial que, aunque persiste, ha disminuido con los años. Las brechas de género en Colombia siguen vigentes, pero por razones más complejas, según un nuevo estudio.
Este jueves se publicó una investigación con enfoque de género que “abre trocha” al futuro empresarial colombiano y a las luchas por la inclusión femenina en el mundo laboral. El estudio, considerado pionero en su tipo, analizó 984 empresas colombianas para responder una pregunta clave: ¿el género de quien lidera una empresa influye en su desempeño, supervivencia o en la reducción de brechas?
Se trata de Tejiendo Igualdad, una investigación promovida por el Fondo Mujer Libre y Productiva (iniciativa de la Vicepresidencia para cerrar brechas económicas) y Confecámaras. Ambas entidades respaldan su participación con experiencia en programas de fortalecimiento empresarial femenino y en la promoción de la autonomía económica de las mujeres.
Uno de los hallazgos centrales es que, aunque hombres y mujeres líderes tienen características similares, como una edad promedio de 43,3 años, igual nivel educativo y 11 años de experiencia laboral, las mujeres enfrentan mayores obstáculos estructurales para alcanzar metas empresariales comparables. Por ejemplo, las empresas lideradas por mujeres tienen 11 puntos porcentuales menos de probabilidad de contratar trabajadores, y 30 puntos menos en el caso de empleados asalariados, frente a las lideradas por hombres.
El estudio fue valorado por expertos como Fernando Cárdenas, quien destacó que por primera vez se examina el fenómeno desde las decisiones directivas, no desde la base laboral. Hasta ahora, la mayoría de los estudios sobre brechas de género se habían centrado en los empleados, no en quienes dirigen las empresas.
La investigación también analizó las causas de esta diferencia. A través del modelo estadístico Oaxaca-Blinder, se determinó que entre el 70 % y 73 % de la brecha en contratación se explica por factores observables como el al crédito, la formalización del negocio y las prácticas de gestión. Es decir, si las mujeres lideraran empresas con las mismas condiciones estructurales que los hombres, gran parte de la brecha desaparecería.
Aun así, un 30 % de la brecha permanece sin explicación estadística, lo que sugiere la existencia de barreras invisibles: sesgos culturales, exclusión de redes de poder, normas sociales restrictivas y expectativas diferenciadas que aún limitan el potencial del liderazgo femenino.
El estudio también muestra el impacto positivo del liderazgo de las mujeres. Según el Registro Único Empresarial y Social (RUES), de 1,2 millones de empresas registradas en Colombia, el 59 % están dirigidas o representadas legalmente por mujeres. A pesar de las barreras, estas empresas contratan en promedio a un 65 % de mujeres, mientras que las lideradas por hombres alcanzan solo un 33 %. Es una señal clara de que el liderazgo femenino multiplica las oportunidades de inclusión.
Razones ocultas, pero no invisibles
El informe destaca que, aunque hombres y mujeres acceden a los mismos niveles educativos y laborales, las mujeres dedican una parte significativa de su tiempo a labores de cuidado no remunerado. Según el DANE, en 2023, las mujeres colombianas destinaron más del 30 % de su tiempo diario a tareas como limpieza del hogar o cuidado de familiares, mientras que los hombres reportaron menos de la mitad de ese tiempo.
María Fernanda Reyes, directora del Fondo Mujer Libre y Productiva, subrayó que el estudio no solo identifica desigualdades, sino también caminos para superarlas. “La investigación muestra que las empresas lideradas por mujeres tienen un efecto positivo en la equidad laboral. El 65 % de sus empleados son mujeres, mientras que en las empresas dirigidas por hombres la cifra es del 33 %. El liderazgo femenino no solo genera empleo, también abre más espacios de desarrollo profesional para otras mujeres”, explicó.
El estudio también revela una diferencia significativa en los ingresos de las empresas. El 93 % de los negocios liderados por mujeres reporta ventas anuales inferiores a $139 millones, mientras que entre los hombres ese porcentaje es del 80 %. Esta diferencia no se debe a la capacidad empresarial, sino a las condiciones desiguales en que operan: menor a financiamiento, más responsabilidades domésticas y mayor exposición a sesgos de género.
“Este estudio demuestra que las mujeres empresarias son clave para avanzar hacia una economía más inclusiva y sostenible. Cuando operan en condiciones similares a las de sus pares hombres, alcanzan niveles comparables de generación de empleo, lo que evidencia su enorme potencial”, concluyó Reyes.
