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“Yo creo más en la reinvención que en la invención”

María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara de Comercio Colombo-Americana (AmCham), en entrevista explica por qué adaptarse es más estratégico que empezar de cero. Método, hábito y contexto son algunas de sus claves de liderazgo.

Camilo Gómez Forero
06 de junio de 2025 - 09:57 p. m.
María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara de Comercio Colombo-Americana (AmCham).
María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara de Comercio Colombo-Americana (AmCham).
Foto: Jose Vargas Esguerra
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A lo largo de más de veinte años, María Claudia Lacouture ha dejado una huella profunda en sectores claves del país, impulsando la innovación, el emprendimiento y el desarrollo sostenible. Ha sido ministra de Comercio, Industria y Turismo de Colombia y presidió ProColombia. También fundó Aliadas, una alianza de gremios y asociaciones empresariales que tiene cerca de 35 gremios, y actualmente es la presidenta de la Cámara de Comercio Colombo-Americana (AmCham).

Toda su carrera la ha construido sobre la base de la reinvención constante, la disciplina y el equilibrio entre instinto y análisis riguroso. En entrevista comparte su método para tomar decisiones, enfrentar el error y fomentar la productividad en entornos complejos.

(Lea: De Colombia a Afganistán: colombiana lidera misiones médicas en zonas de conflicto)

¿Cómo ha construido su manera de trabajar y de tomar decisiones a lo largo del tiempo?

He ido aprendiendo. Uno está en un proceso constante de evolución, todos los días se aprende algo nuevo. Lo más difícil es descubrir qué es lo que uno quiere, pero una vez lo encuentras, el proceso hacia esa meta empieza a tomar forma. No es una línea recta. Es un camino con errores, aciertos, frustraciones. Parte de mi método es: primero, entender qué me gusta y para qué soy buena. Luego, establecer metas que realmente pueda cumplir. Después, tener muy claras mis convicciones y principios, es decir, qué sí y qué no estoy dispuesta a hacer. Y por último, tener la capacidad de adaptarme.

Habla mucho de la reinvención. ¿Qué tan importante es eso para usted?

Muchísimo. Yo creo más en la reinvención que en la invención. Me he reinventado constantemente. Busco nuevos temas, nuevas acciones que me mantengan actualizada. Es clave no quedarse quieto en una idea, sino saber cómo adaptarse al contexto para que siga viva, útil, vigente. Esa flexibilidad es lo que te permite seguir avanzando hacia la meta que te trazaste.

¿Cómo, en medio de la reinvención y la frustración, se lidia con el error, que para muchas personas puede ser algo catastrófico?

Soy perfeccionista. He aprendido, dentro del camino —me han enseñado muchas personas, muchos jefes— a aceptar que uno no es perfecto y que en ese proceso cabe el error. Es difícil, no voy a decir que no, pero creo que hoy, después de veinte y pico de años de estar trabajando sin parar, puedo lograr encontrar un equilibrio entre esa búsqueda de la perfección y las frustraciones de no lograr lo que uno quiere de la forma como las desea. Esto no quiere decir que no se logre el éxito, sino que no se consigue de la forma como uno quiere.En ese sentido, es cómo uno crea esos espacios para aceptar que no es como uno predetermina las acciones.

¿En qué estamos fallando como colombianos para ser más productivos, desde su lectura y experiencia laboral?

Lo primero es que hay dos tipos de productividad: la empresarial y la personal, la del ser humano. En ese sentido, creo que cada uno tiene que adaptarse a sus formas y hábitos adecuados para que logren generar un resultado. Pero sí creo que hay hábitos importantes que tenemos que construir, y en eso —desde el punto de vista personal— ha sido parte importante de mi planeación. Tengo hábitos muy marcados, procesos muy establecidos. Eso lo aprendí desde la culinaria. Estudié esta carrera donde los procesos son vitales para el resultado exitoso de un plato: que salga a tiempo, caliente y bien. Entonces, en ese proceso mental, que a mí me ayuda mucho, el tema de los hábitos es importante.

Cada persona tiene que encontrar sus propios hábitos para lograr resultados. En mi caso, los hábitos han sido muy importantes. Planeo mucho: tengo espacios para preparar mis semanas, para revisar presentaciones, para saber con quién me voy a reunir y qué objetivos hay. Estar en sintonía con lo que pasa día a día, tanto en Colombia como en Estados Unidos, es parte de mi hábito productivo, por ejemplo.

(Puede leer: Conferencia de Beijing: un diálogo generacional sobre los derechos de las mujeres)

¿Y esos hábitos se pueden enseñar o imponer a otras personas?

No se pueden imponer. No puedo transferirte mis hábitos si no nacen de tus propias necesidades. Pero sí se puede enseñar con el ejemplo. En mi equipo, aunque cada quien tiene su proceso, hemos logrado establecer mecanismos donde los resultados son claros. El cómo se logran depende de cada uno. Pero si tú ves que el jefe se arremanga, estudia, se prepara, planea, eso influye. A mí me ha influido mucho el ejemplo de mis jefes, y creo que eso es clave.

¿Qué cree que no se les está enseñando a las mujeres sobre liderazgo?

Hay diferentes tipos de liderazgo y en eso no entro a juzgar si hay uno bueno, regular o malo. A mí me gusta el liderazgo que me inspira, el que logra sacar de las personas acciones que le permitan contribuir hacia una meta, pero que se sientan partícipes de ella, que no sea una puntualmente de la persona, sino una de equipo, que es un trabajo conjunto, un trabajo que aporta y que está haciendo un beneficio para alguien más, además de las que conforman el grupo.

Para mí, el liderazgo no es solo dirigir. Es lograr, a través del ejemplo y de acciones, que el equipo sueñe contigo. Que trabajen con satisfacción, que crezcan como personas. Necesitamos más líderes que impulsen una sociedad más enfocada en el servicio, en complementar al otro, en construir personas. No se trata de imponer ideologías u opiniones, sino de convivir. El liderazgo debe ayudarnos a eso.

Cuando construye una estrategia para un proyecto, ¿cómo la elabora y qué tanto balance hay entre los análisis de datos y el instinto personal?

Normalmente las ideas nacen de instinto y las sustento con los datos. No al revés.

Para mí el instinto es relevante. De hecho, prioritario para una idea, una acción o una meta. Ya cuando lo voy a poner en marcha y desarrollar una estrategia, me baso completamente en datos, cifras, contexto. Hago mucho análisis. Me gustan bastante los números y la investigación. También impulso un tema de buenas prácticas y confrontar lo que se está poniendo sobre la mesa. Pero definitivamente creo que lo más importante de la idea es que sale de un instinto y de una creatividad, de un proceso creativo.

La nombraron una de las personas más creativas acá en Colombia. ¿Cómo logra ser creativa?

Lo primero es entender la meta donde uno está trabajando. Esa creatividad tiene que ser a favor de algo. Si uno tiene una meta establecida dentro de ese proceso de lo que le gusta y que se ha establecido un norte, la creatividad fluye constantemente, o por lo menos para mí. Hay que abrir espacio para que fluya. Me obligo a tener espacios, así sea un sábado o un domingo, para pensar con constancia. Lo otro es oír a la gente, aprender y escuchar. Leer me gusta mucho: leo noticias día a día, estoy actualizada y leo muchos libros sobre procesos de creatividad que he tenido en cuenta.

¿Por cuánto tiempo se le puede dar a un proyecto, una idea desde el instinto y desde los datos, para que empiece a encajar y a mostrar resultados?

No es el tiempo que uno le quiera dar, sino que es el tiempo que necesita darse. Hay unos que se demoran un poco más. De hecho, hay proyectos que hemos trabajado que se pueden demorar seis, ocho, hasta un año en lograr ponerse en ejecución. O sea que no es un tema de tiempo, sino de momento, de lograr consolidar esa idea para que se vea el contexto y el momento adecuado para poderla ejecutar.

¿Hay alguna idea que haya presentado y que ha sido subestimada en su momento, pero que han resultado mejor de lo que la gente ha esperado al final?

Muchas ideas. Con la Fundación Howard Buffett hicimos un proyecto que comenzó hace dos años. Ese proyecto al principio no se tenía mucha fe en que pudiéramos lograr que 4.000 jóvenes vulnerables pudieran tener una capacitación y un empleo formal indefinido. Adicionalmente con un segundo idioma, que era inglés. Es decir, que fueran bilingües. Hoy tenemos 11.000 jóvenes con empleo formal, indefinido, donde 858 empresas han apostado para generar esos espacios a estos jóvenes. Pero al mismo tiempo, más de 6.000 son bilingües. Eso ha permitido que no solamente tengan un empleo formal, sino que tengan mejores condiciones dentro de ese empleo formal. Ha crecido de una forma importante y les ha dado una razón de vida y una propuesta de crecimiento personal que antes no tenían dentro del panorama de sus posibilidades.

Estos son jóvenes —en muchos casos— que no tienen educación, que salen del colegio y no tienen una relación con la educación superior. Que adicionalmente tienen unas limitaciones importantes desde el punto de vista cultural, pero también de su ambiente. Que no les permitía tener la posibilidad de un empleo. Y el 57 % son mujeres, haciendo un esfuerzo realmente en encontrar mujeres que pudieran crear ese empleo formal a largo plazo. Entonces ese es uno de los proyectos que al principio se veía como muy difícil, y los resultados han sido realmente interesantes.

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¿El que el 57 % haya sido mujeres fue planeado o fue algo que se dio en el camino?

Fue porque lo pensamos así.

Desde sus posiciones y actualmente, ¿cómo cree que ha contribuido a la creación de más liderazgo de mujeres en el país?

Yo creo mucho en la complementación de las cualidades y debilidades de hombres y mujeres. La apertura de los espacios para dar esa complementación es importante. A través del ejemplo, busco mostrar a las mujeres que el espacio está. Que hay que creerse el cuento. Más que dejarnos que nos den el espacio, es creerse el cuento de que hay una oportunidad, tanto para mujeres como para hombres. Y que no necesitamos de esa apertura, sino que nosotras mismas nos empoderemos para lograr demostrar que somos capaces, al igual que cualquier hombre, de gestionar diferentes labores.

Lo que sí es importante dentro de eso es que hay unas cualidades que tienen los hombres y unas cualidades que tenemos las mujeres, que se complementan. No hay que competir en el proceso, sino buscar cómo generamos esa complementariedad. También a través de acciones que permitan demostrar que las mujeres tenemos también la posibilidad de ir avanzando. Y a través de nuestras competencias, lograr generar unos resultados y un impacto.

¿Alguna vez se ha sentido sola liderando?

Muchas veces.

¿Y cómo se maneja ese aislamiento en la labor de liderazgo?

En muchas ocasiones es entendiendo que esos espacios son necesarios para poder abrir caminos. Que no es un espacio de frustración, porque en muchas ocasiones termina siendo un espacio de frustración, sino que es un espacio necesario para lograr encontrar ese camino que permita adaptar las acciones. Y lograr generar un proceso que dé acompañamiento de otras personas en el camino.

¿Ha querido renunciar?

Muchas veces.

¿Qué la ha detenido?

Una meta. Una educación que tuve en mi casa, de que uno lucha por lo que quiere y por lo que cree. Por mucho que haya obstáculos en el camino, hay que persistir, resistir y nunca desistir. Tengo un motorcito adentro que constantemente me está empujando a seguir adelante.

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¿Cuándo fue la última vez que cambió de opinión?

No creo que cambie de opinión de algo totalmente, pero sí he ido adaptando mucho para llegar a esa opinión. La terquedad de que las cosas se tienen que hacer de una sola forma no la tengo. Soy terca en la meta, pero no en el proceso. Eso es importante: la convicción de que tengo que llegar a ese objetivo, pero el camino puede variar.

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Pedro Juan Aristizábal Hoyos(86870)06 de junio de 2025 - 10:15 p. m.
Interesante y brillante mujer la doctora Lacouture. Debería acercarse más al presidente Petro y mantener mayor neutralidad cuando habla con los medios manipuladores. Ambos expertos en economía. Tenemos que desmontar la absurda narrativa de la derecha que señala a Petro como enemigo de los empresarios. Es falso, otra cosa son esos gremios aliados con una extrema derecha ignorante en ciencias sociales y en economía neo-keynesiana
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