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¿Por qué no paramos de ver realities?

Laura Galindo
30 de mayo de 2025 - 05:05 a. m.
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Algo tienen los realities que, al parecer, son aborrecidos por la audiencia y adictivos al mismo tiempo. Puntean siempre en el rating, son tendencia en las redes sociales y tema de conversación en el día a día, pero nadie acepta con orgullo que los ve religiosamente. Son un placer culposo del que no se puede presumir porque está muy lejos de lo que consideramos cultura. Y claro, ¡que las diosas nos libren de no ser cultos! De no ir al teatro, leer libros o escuchar música clásica. Que nos libren de no replicar el modelo sofisticado de la alta cultura.

¿Por qué los vemos, entonces? La respuesta más elaborada está escrita en ensayos dedicados a la Mass Culture. Los realities son productos de entretenimiento que reúnen todas las formas, vale la redundancia, de entretenimiento televisivo. Tienen algo de documental, porque registran la vida de personas inscritas en un experimento; de melodrama, porque reúne amores, odios, traiciones; de clip, porque está hecho a partir de fragmentos ágiles y dinámicos que contrastan entre sí; de Talk Show, porque como televidentes participamos de conversaciones desenfadadas en las que conocemos personajes, en teoría, famosos; de concurso, porque los participantes se someten a pruebas y compiten entre ellos; y de en vivo, una de las formas más baratas y efectivas de hacer televisión.

Desde luego, no son productos educativos ni altruistas. Todo lo contrario, algunos, como La casa de los famosos, son ventanas a la degradación humana, a los vicios que nos habitan y que, por moral universal, mantenemos al margen. El entretenimiento no está obligado a ser educativo, está obligado a entretener. Así como las películas de terror gore o los comediantes vulgares de doble sentido. Y es precisamente eso lo que creo que disfrutamos en los realities: ese sentido de incorrección que nos regresa al salvajismo, que nos indulta de la sensatez y nos permite liberar las pasiones primitivas.

Lo interesante es que ese indulto se da a través de terceros. No somos nosotros, los televidentes, los que nos hacemos salvajes. Son ellos, los de la pantalla, los que se violentan y degradan, mientras los juzgamos desde la superioridad de nuestra moral universal. La pregunta ahora es: ¿no paramos de ver realities porque nos gusta probar que somos mejores o porque necesitamos desfogar, así sea como espectadores, nuestro propio salvajismo?

@LauraGalindoM

Laura Galindo

Por Laura Galindo

Periodista musical y cultural. Pianista de la Universidad Javeriana, magíster en piano de la Universidad Eafit, magíster en periodismo de la Universidad de Los Andes y MFA en Creative Writing de la New York University -NYU-. Editora cultural y presentadora en RTVC Noticias, de Señal Colombia.
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Edgar Salamanca(40706)31 de mayo de 2025 - 04:39 p. m.
Lo comparto totalmente.
Héctor Angel Díaz Mejía(23099)31 de mayo de 2025 - 02:14 p. m.
Hace mucho tiempo abandoné la programación de la TV. Solo veo algunos noticieros. En el argumento de Laura está la clave para entender los reality :son programaciones para la cultura de masas, esa que no lee libros de interés académico, artístico etc. Es banalidad para la banalidad. Pobreza intelectual aunque suene a superioridad moral.
Lola Cortes(15127)31 de mayo de 2025 - 01:00 p. m.
No paramos de ver realities es mucha gente. Nunca veo realities así sean de comida o retos deportivos. Ahora mismo están pasando uno que por lo que he oído es una cloaca. El otro día escuché a un adolescente de 13 años decir que este país está como está porque la gente no ve el susodicho reality. Me quedé muda.
Mauricio Gómez Guzmán(16948)31 de mayo de 2025 - 03:28 a. m.
Y qué tiene de malo ser culto de acuerdo al modelo “sofisticado”? Cada cual escoge de acuerdo a su gusto el modelo que le simpatiza y no es mejor ni peor… es distinto!!. Bienvenida la diversidad, el respeto y la empatía.
Jaime Andrés Arias Tabares(21029)31 de mayo de 2025 - 01:30 a. m.
Que triste columna, generalizar ese gusto tuyo por ver esos bodrios no te da derecho a asumir que todas las personas ven televisión o peor gastan el tiempo en esos pasatiempos, mejor entonces asumir que hay muchas opciones para gastar o mejor invertir el tiempo como leer prensa o escuchar sobre temas de actualidad, pero no hacer generalizaciones sobre algo tan banal como el tema que escribes
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