
Los cosméticos son más viejos que la moda. Los egipcios iban al barbero y se perfumaban antes de la batalla. Las egipcias trituraban escarabajos iridiscentes para sombrear sus párpados, y ellos y ellas se delineaban los ojos con un rímel hecho de carbón y aceite.
En la Roma de Catulo ya había prótesis coquetas: «Esta noche le harás señas a un viejo rico con la ceja que sacaste del cajón esta mañana», le reprocha un muchacho a su amante. Y también son romanos los primeros tatuajes: «En iras ardo si tu hombro bello/ báquica riña marcó insolente/ o si en tus labios, audaz el mozo/ dejó las locas huellas del diente» (Horacio Quinto...
