Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
La familia Graham compró The Washington Post (WP) en 1933 y desde entonces se convirtió en un referente del periodismo. En esa era dorada, cuando los grandes diarios escribían y hacían historia, el WP fue determinante para que en 1971, gracias a la valiente publicación de los papeles del Pentágono, la opinión pública estadounidense conociera la realidad de que su país sería derrotado irremediablemente en las selvas de Vietnam y que el Gobierno mentía. Después en 1973, el caso Watergate, investigación a cargo de sus periodistas Bob Woodward y Carl Bernstein, detonó la renuncia del infame presidente Nixon. Los éxitos editoriales de entonces le dieron un respiro financiero al periódico. Sin embargo, con la masificación de internet y el radical cambio en los hábitos de los lectores, las finanzas empezaron a hacer agua.
En 2013 no hubo otra salida que vender. La familia no quiso que el comprador fuera simplemente el mejor postor. El entonces presidente del periódico, Don Graham, hizo una meticulosa búsqueda para asegurar que el nuevo propietario llevara a buen puerto al WP. El comprador fue Jeff Bezos, ya entonces uno de los hombres más ricos del mundo, de quien se esperaba que no interferiría en la línea editorial. No lo hizo en la campaña de 2020. El cuerpo editorial del periódico manifestó explícitamente que no apoyaría la candidatura de Trump. En 2024 fue diferente. Bezos ordenó que el periódico no se declarara a favor de ningún candidato.
En la nueva presidencia de Trump Bezos se ha expresado a favor de muchas de sus políticas, como la de reducir la regulación gubernamental. Ahora son tan cercanos que Amazon adquirió los derechos de un documental sobre Melania.
Todo coincide con que Bezos intensificó su control sobre los contenidos del WP. A finales de febrero Bezos ordenó que en la sección editorial no se publiquen opiniones contrarias a la libertad personal y al libre mercado, lo cual luce como un claro giro de apoyo al discurso de Trump y generó una oleada de renuncias en el periódico. Muchos temen que el WP se parezca ahora más a Fox News que a su gloriosa tradición.
