Nuestra sociedad está desgarrada por el odio.
Años, décadas y siglos de exclusión, racismo, violencias, pobreza, injusticias y una de las mayores desigualdades del continente han creado una nación de seres suspicaces, que nos miramos los unos a los otros de reojo y, lo que es peor: como enemigos.
No nos engañemos: esa es nuestra realidad. La polarización exacerbada, que tiene al país dividido en dos, impide que avancemos como nación hacia un mismo puerto. Porque, lo queramos o no, estamos todos metidos en la misma barca llamada Colombia. Y si entre todos no trazamos un rumbo certero y cada grupo, facción y partido tira para su lado,...
