
Hitler convocó al presidente checoslovaco Emil Hácha el 4 de marzo de 1939 para notificarle que había decidido tomarse su país. Después de hacerlo esperar horas, lo recibió a los gritos. Según historiadores serios, Hácha sufrió un infarto en medio de la terrible sesión. Es uno de los pocos precedentes de la encerrona que le armaron recientemente Trump y Vance a Zelenski para notificarle la partición de Ucrania. Partición al estilo del siglo XXI: no a lo largo de líneas claramente delimitadas. El negocio que quiere Trump es que Rusia se quede con parte del suelo, y Estados Unidos con el subsuelo.
Pero hasta allí llega la analogía....
