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La situación del dengue en las Américas es preocupante y requiere atención inmediata. Hace unos meses, el director de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Jarbas Barbosa, advirtió sobre el incremento de casos en Colombia, una preocupación que la Federación Médica Colombiana ha destacado en múltiples ocasiones.
Barbosa señaló que 2024 registró la mayor epidemia de dengue desde 1980, con más de 12,6 millones de casos en las Américas, casi tres veces más que en 2023. Países como Argentina, Brasil, Colombia y México concentran 90 % de los casos y 88 % de las muertes. Según la OPS, la estrategia clave para el control incluye vigilancia del vector, manejo adecuado de casos, capacitación de prestadores de salud y participación comunitaria. Sin embargo, Barbosa agregó una nueva herramienta en este arsenal: la vacuna contra el dengue “que ya ha sido introducida en países como Brasil, Argentina y Perú, y Honduras planea hacerlo en 2025”.
Al respecto, es importante recordar que Colombia también pertenece a ese grupo de países que ya cuentan con la vacuna contra el dengue. En septiembre de 2023 fue aprobada la vacuna -desarrollada por la farmacéutica japonesa Takeda-, y desde mediados de 2024 está disponible en la Cruz Roja, centros de vacunación, cajas de compensación y servicios de medicina prepagada del país.
Sin embargo, dicha vacuna aún no ha sido incluida en el Plan Ampliado de Inmunización (PAI), quizás porque es conocido que ese tipo de innovaciones llegan primero a canales privados, mientras los gobiernos evalúan la viabilidad logística y financiera de incorporarlos en sus esquemas nacionales de vacunación.
De ser así, resulta importante que los entes regulatorios aceleren la realización de estudios sobre la vacuna contra el dengue y faciliten su , especialmente para la población en mayor riesgo (5 a 19 años, el rango más alto de afectación por dengue). Además, la eficacia, seguridad e impacto de la vacuna han sido evaluados por múltiples grupos de expertos, quienes han respaldado su uso en países endémicos como Colombia.
Según el Instituto Nacional de Salud, con corte a la semana 52 de 2024, se reportaron más de 320.000 infecciones durante el año, un aumento de casi el 145 % frente a 2023, con 374 muertes atribuidas al virus. Más del 75 % de los casos proceden de Valle del Cauca, Santander, Tolima, Huila, Antioquia, Cundinamarca, Risaralda, Cauca, Norte de Santander y Meta. Esto, sin duda, ha ejercido una fuerte presión sobre el sistema de salud.
Por su parte, la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica (SLIPE) respaldó un consenso de expertos que avala la eficacia y seguridad de la vacuna para prevenir el dengue en todas sus formas clínicas, incluida la asintomática y la causada por todos los serotipos. Aunque no detendrá la propagación inmediata del virus, SLIPE destaca su alta eficacia para prevenir hospitalizaciones, con 90,4 % de protección tras 18 meses de seguimiento.
Frente a estos datos, no podemos permitir que herramientas innovadoras como esta queden subutilizadas. El dengue afecta hoy a más personas, en más territorios, con mayor gravedad. Es momento de actuar para que esta solución científica llegue a quienes más la necesitan y evitar que sigamos acostumbrándonos a las tragedias que este virus provoca.
* Presidenta de la Federación Médica Colombiana
Por Ana María Soleibe*
