
“Si él se hubiera equivocado en el pronóstico”, dijo Peter Stagg desde su casa, a una hora de Burdeos, “yo podría haber estado sentado en la Francia alemana, no en la Francia sa”.
Stagg hablaba del papel fundamental que desempeñó su padre, el capitán James Stagg, en la liberación de Francia de la ocupación nazi.
El patriarca Stagg no era general ni soldado de infantería, pero en las últimas horas previas a uno de los momentos más trascendentales de la Segunda Guerra Mundial, era el hombre al que todos esperaban.
El 6 de junio de 1944, el...
Por Nazaneen Ghaffar - The New York Times
