
Aunque los mexicanos tienen derecho a poseer armas, solo se pueden comprar legalmente en dos tiendas dirigidas por militares y muy reguladas, en un esfuerzo por controlar la posesión en un país inundado de armas en el mercado negro.
Para comprar municiones, algunos clientes acuden desde lugares ubicados a dos horas de distancia. Para comprar pistolas, un grupo de policías alquiló una furgoneta e hizo un viaje de ocho horas. Para adquirir un rifle de precisión, el trabajador de una aseguradora manejó nueve horas durante la noche.
Solo hay dos...
Por James Wagner y Alejandro Cegarra | The New York Times
