
Después de tres desplazamientos forzados, a Bertina Badillo Herazo no le quedan álbumes de su sobrino, Didier, quien se despidió de ella en noviembre de 2007 con la promesa de que regresaría a Bucaramanga para la Navidad. Con otras dos personas viajaría a jornalear en una finca en Lebrija (Santander), municipio donde ya había trabajado en una granja avícola. La última vez que lo vieron fue en el muelle de Barrancabermeja: los tres jóvenes salieron por el río Magdalena.
«Este despacho adelanta la investigación […] de la muerte en supuesto...
