
Fabio Ochoa Vásquez, aquel mayúsculo narcotraficante, uno de los más sanguinarios protagonistas de la guerra en Colombia, regresó al país este 23 de diciembre, luego de pagar 23 años de cárcel en Estados Unidos. Entre aplausos, algarabía, abrazos, una sonrisa en el rostro y gritos de “mi Dios lo bendiga”, Ochoa aterrizó en el aeropuerto El Dorado de Bogotá, y aseguró que no está arrepentido de nada de lo que hizo y que vivirá los próximos años de su vida en Medellín.
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Por Jhoan Sebastian Cote
