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El máximo líder de la banda criminal La Inmaculada, la cual domina las economías ilícitas del Tuluá (Valle del Cauca) y sus alrededores, será extraditado a Estados Unidos. Se trata de Andrés Felipe Marín, alias Pipe Tuluá, quien desde este miércoles 4 de junio está retenido en una estación de policía de Bogotá, para ir con destino a Estados Unidos, donde le espera la fase final de una investigación por narcotráfico.
Fuentes al interior del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) le confirmaron a El Espectador que alias Pipe Tuluá salió desde la cárcel La Picota. Uniformados de la Policía Nacional lo condujeron a la estación de Mártires, donde está bajo custodia mientras se resuelven los últimos detalles de su extradición.
“La medida judicial de enviar a este sujeto a los Estados Unidos responde a una solicitud formal del Gobierno de ese país, por delitos graves que lo comprometen y por los cuales deberá responder ante la justicia internacional”, explicó el Ministerio de Defensa en un comunicado de prensa.
Lo último que se sabía de alias Pipe Tuluá había sido su interés, hace exactamente un año, de hacer parte de una mesa de negociaciones con el gobierno nacional. Alias Pipe Tuluá se comprometió públicamente a no ordenar muertes violentas en el municipio valluno durante un mes. La posición de gobierno, en ese momento, fue de escucha, ofreciendo como máximo un proceso de sometimiento, al carecer la organización La Inmaculada de fines políticos.
Alias Pipe Tuluá, además, prometió develar la columna vertebral de su estructura a partir de un “inventario”. Que entregarán sus niños y jóvenes al ICBF, para brindarles nuevas oportunidades fuera del crimen. Y que 80 armas, entre ellas 20 de largo alcance y un lanzacohetes, serán puestos a disposición de las autoridades. “Además, proponemos que se realice la feria de Tuluá para la cual aseguramos la seguridad y el bienestar de todos los asistentes a la Feria”, fue otro de los compromisos que fueron develados a W Radio.
A pesar de semejante propuesta, la Alcaldía de Tuluá, en su momento, aseguró no saber nada de la cuestión.Las fuentes consultadas explicaron que negociar con alias Pipe significa tener una conexión directa con el mismo hombre que hace años desangra el capital de los comerciantes, controla el microtráfico que sume a la juventud en un negocio de vida o muerte, y quien logró cooptar la Secretaría de Transporte, como demuestran recientes resultados de la Policía del Valle.
“Hay muchas víctimas de por medio y muchas familias destruidas. Ustedes no se alcanzan a imaginar lo que siente uno cuando vienen los ciudadanos y lloran en nuestra oficina, por culpa de La Inmaculada. No podemos poner a nuestro verdugo en el olimpo de los Dioses”, concluyó Robert Posada, secretario de Desarrollo Institucional de Tulúa, cuando se le preguntó por la colaboración.
Con la extradición de alias Pipe Tuluá, el gobierno de Gustavo Petro cierra definitivamente las puertas a una negociación con el jefe de una de las bandas criminales más poderosas del sur nacional. Además, sume en una posible pena en el extranjero a un criminal que, desde la cárcel, manejaba las economías ilegales de Tuluá a su antojo y que perseguía brutalmente a los funcionarios del Inpec.
Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.
