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“En la música, el amor mueve el mundo”, Tinna Rey

La cantante, que lanzó el EP “Cancionero” en diciembre de 2024, habló para este chat sobre su proceso de composición, sus experiencias como artista y su visión del romance en la música.

Pablo Marín J.
03 de abril de 2025 - 12:00 p. m.
Tinna Rey lanzó el sencillo “En la playi” en marzo de 2025.
Tinna Rey lanzó el sencillo “En la playi” en marzo de 2025.
Foto: Kevin Castaño
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¿De dónde surgió su EP “Cancionero”?

Nació en el estudio de Alejandro Martínez, “Chikendro”, un productor y compositor de Bogotá. Nos sentamos en su estudio e hicimos un EP que contara historias en todas las canciones. Creo que los dos somos exageradamente creativos, y siempre que hablamos de alguna canción nos montamos en una historia. Casi nunca eran experiencias propias, nos las inventábamos en el estudio. Luego conocí a otro compositor y productor, Santiago Arroyo, y me preguntó qué estaba haciendo. Le dije que estaba con “Chikendro” en un proyecto de historias comunes con las que la gente se pudiera sentir identificada.

¿Por qué le interesa hacer canciones narrativas?

Siento que no hay mejor manera de comunicarles algo a los humanos que a través de las historias. Nosotros entendemos más las cosas a partir del chisme, por así decirlo. Un chisme bien contado es una buena historia, y eso lo noté desde pequeña en clases de historia. En general, he sido una persona a la que le gusta mucho que le cuenten cosas. Me encanta escuchar historias y llenarme de la emoción de las personas. Como artista soy muy sensible y empática. Todo lo que la gente me cuenta termino sintiéndolo de una manera muy fuerte, y más si está bien contado. De hecho, me pasó en TikTok con la canción “Clase”. Conté la historia y muchísima gente se sintió identificada. Ahí dije: “Bueno, ‘Clase’ es una historia bien contada”.

También es actriz, ¿de dónde viene ese interés artístico?

Mi hermano mayor fue quien me metió en la música. Desde muy pequeño él tocaba piano y cantaba fenomenal. Cuando tenía siete u ocho años me sentaba a su lado en el piano y cantaba con él. Él les decía a mis papás: “Cristina es muy artística, deberíamos meterla en algo”, y me inscribieron en clases de canto. La actuación, en cambio, viene desde el colegio. Ahí me di cuenta de que el teatro me encantaba. Empecé a tomar clases alternas porque, aunque estudié música y comunicación, el teatro siempre me llamaba. Cada vez que había oportunidad de tomar talleres o diplomados de actuación me inscribía sin pensarlo.

¿Cómo aborda el proceso de composición?

Cuando compongo de manera individual termina siendo algo más personal. Ahí es donde salen mis propias historias, las dolencias del pasado. Las plasmo en papel con mi guitarra y, a veces, es un proceso muy terapéutico. Si algo me duele, lo saco de esta forma. Pero cuando llego a un estudio sé que las personas tal vez no tienen las mismas vivencias. Aunque muchas veces alguien dice: “Estoy pasando por lo mismo”, y conectamos. Sin embargo, en el estudio siento que influye más la energía del productor. Si empieza un beat de afro, reguetón, bolero, salsa… lo que sea, me guío por la emoción que me transmite ese sonido. ¿Qué me hace sentir? ¿Qué está plasmando el productor en ese momento?

Sus canciones tienden hacia el romance, ¿qué le interesa de esta temática?

En la vida real no soy tan romántica, pero en la música, el amor mueve el mundo. Si no tienes algo que ames apenas te despiertes en la mañana, será mucho más difícil acabar el día. Y no me refiero solo al amor de pareja o al amor romántico, sino al amor en todas sus formas: amor a la música, a la actuación, a la medicina, a salvar vidas, a la psicología… En la música, el amor romántico siempre ha funcionado muy bien. Aunque también el amor propio, que cada vez es un tema más cotidiano. Antes hablar de amor propio era raro, como si fueras un hippie. Ahora se entiende su importancia para la salud mental, y me parece fundamental llevarlo a la música.

¿Qué artistas han sido sus referentes?

Siento que tengo muchos referentes. A diario encuentro nuevas inspiraciones, personas que de un momento a otro se vuelven esenciales. Siempre he irado a Shakira, no solo por sus letras, ya que componía desde pequeña, sino por su forma de ser. En cuanto a la actuación, Meryl Streep es otro gran ejemplo. A ella le dijeron que no era suficiente y respondió: “No me importa, mi pasión me mueve lo suficiente para no rendirme”. A veces me canso y pienso: “No quiero más, esta industria es cruel”, pero luego me acuerdo de ellas y sé que sí se puede. Que, aunque muerdan, aunque ataquen, hay momentos en la industria que hacen que valga la pena vivir.

¿Alguna vez se ha sentido atacada?

Sí, varias veces. Una vez, en Galerías, me estaba presentando en un bar de tres pisos. En esa época cantaba reguetón, estaba supernerviosa y una chica con tragos encima me empezó a abuchear. Todo el bar de tres pisos me terminó abucheando, me apagaron el micrófono, y simplemente pude haber dicho: “Yo no nací para esto”, porque fue un momento superduro. Pero me bajé y dije: “Bueno, esta es una de las muchas veces que esto me va a pasar y no me voy a rendir”.

Otra vez estaba en unos premios y me encontré con un personaje que es reconocido en la industria de la música, pero es una persona muy tosca y muy ruda a la hora de hablar. Me dijo: “¿Tú qué haces acá? Tú no deberías estar acá”. Simplemente me dije: “No voy a dejar que su opinión se vuelva mi realidad”.

Cambió su estilo musical, ¿qué la llevó a tomar esa decisión?

Estudié jazz fuera del país, y cuando llegué a Colombia me metí a un estudio donde me dijeron que había que hacer reguetón porque era lo que estaba sonando. Y me creí esa movida y empecé a hacerlo. Después no pude salirme. Ya llevaba un buen recorrido en el género. Había sacado una canción con Alkilados y había sonado en “La reina del flow”.

El reguetón se empezó a fusionar con otros géneros y se volvió una expresión artística de la juventud. Estaba en esas fusiones y me di cuenta de que extrañaba las baladas y los boleros. Ahí fue que decidí explorar, por un rato, la versión más suave, tierna y genuina de Tinna Rey: la que está en su cuarto escribiendo canciones.

Pablo Marín J.

Por Pablo Marín J.

Profesional en Creación Literaria. Escritor de cuentos y novelas de ciencia ficción. Apasionado del cine y guionista de varios cortometrajes.[email protected]
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