Así reaccionan los gremios empresariales al hundimiento de la consulta popular

Bruce Mac Master, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI), cuestionó la consulta popular porque "no solucionaba nada".

Foto: Mauricio Alvarado Lozada

Con 49 votos en contra y 47 a favor, cayó la consulta popular del Gobierno en la Plenaria del Senado. Un balde de agua fría para las propuestas del presidente Gustavo Petro, mientras se cocina la reforma laboral en el Congreso.

Según la Registraduría, la iniciativa tenía un costo de $700.000 millones y constaba de 12 preguntas con respuesta “sí o no”. Para lograr el visto bueno, necesitaba aprobarse en Senado y conseguir más de 13 millones de votos.

Petro atajó que la “hundieron con fraude” y propuso una reunión de centrales obreras, campesinas y juntas de acción comunal para una “huelga general”.

“La orden como presidente de la República de Colombia es que, en estos momentos, la fuerza pública no debe hacer uso de su fuerza contra el pueblo”, escribió en su cuenta de X.

El ministro del Trabajo, Antonio Sanguino, promovió la convocatoria con el mensaje de defender los derechos laborales, mientras lanzaba pullas al presidente del Senado, Efraín Cepeda, por presuntas trampas en la votación.

Sin embargo, para los gremios empresariales, el hundimiento de la consulta es una victoria. Bruce Mac Master, presidente del gremio industrial ANDI, apoyó el resultado: “Las decisiones que tomó el Congreso de la República, el día de hoy, son correctas”, escribió en su cuenta de X.

El dirigente apuntó que la consulta “no solucionaba nada”, y argumentó por un trabajo concertado del Ejecutivo y el Legislativo con los empresarios para reducir el desempleo y la informalidad “que siempre son ignorados por las políticas públicas”.

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Por su parte, Maria Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara Colombo Americana (AmCham Colombia), rescató la posibilidad de una reforma laboral que genere empleo y proteja los derechos de los trabajadores, mientras dé viabilidad a las empresas.

“Colombia está en un momento para generar una reforma laboral que realmente le apueste al crecimiento del país”, dijo en una rueda de prensa antes del debate en el Congreso. Lacouture dijo que esto no se traduce en una consulta popular, sino en la validación del sector empresarial.

De hecho, uno de los puntos más criticados de la reforma por los empresarios —en general— es la informalidad. Según el más reciente informe del DANE, durante el primer trimestre de este año, la informalidad laboral alcanzó el 57,2 % de la población ocupada. Es decir, más de la mitad del país trabaja sin contratos ni garantías. Y, aunque no es nuevo, sí es grave. Es la primera vez en cinco años que la tasa aumenta en este mismo periodo.

Pero esta cifra lleva en niveles por encima de 50 % desde comienzos de siglo. De acuerdo con el DANE, durante el primer trimestre de 2001, la cifra de informalidad se registró en 50,9 %; luego en 2009, en ese mismo periodo, alcanzó el 52 %, y logró un descenso en 2019, cuando se ubicó en 47%.

Volvió a subir en 2021, cuando marcó un pico histórico de 60,7 % y comenzó a descender hasta 2024, cuando se registró en 56,3 %, y de ahí aumentó marginalmente hasta los 57,2 % del trimestre enero a marzo de 2025.

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El presidente de Fenalco, Jaime Alberto Cabal, apoyó el hundimiento de la consulta por asuntos políticos. Señaló que el Congreso entendió que “la gran mayoría del país” no consideraba oportuna la consulta.

Para Cabal, sí se requiere una consulta laboral, pero “una que responda a la realidad del mercado laboral”, con incentivos a la generación de empleo formal. Ahora bien, el líder gremial no apoya la reforma que revivió tras el recurso de apelación. Para Cabal, es “un premio de consolación”, ya que no protege a las empresas “que hoy luchan por mantenerse a flote en medio de un contexto económico y político desafiante.

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Camilo Sánchez, presidente del Consejo Gremial, y Jorge Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia, coinciden con los demás líderes gremiales.

En abril, en entrevista con RCN, Sánchez mostró disposición para sentarse en mesas de trabajo para revisar los pros y contras de los artículos que se presentan. “Queremos cerrar la brecha entre la informalidad y la formalidad”, dijo.

Por su parte, Bedoya hizo un llamado al Gobierno para respetar la independencia de poderes, mientras solicitó una reforma que “responda a más de 13 millones de compatriotas que están en la informalidad”.

¿De qué depende la reforma laboral?

La reforma laboral se hundió en marzo al no conseguir la cantidad de votos suficientes para continuar su tránsito en el Congreso. Lo anterior, luego de que los ocho senadores que presentaron la ponencia negativa votaran a favor de que el proyecto de ley sea archivado.

Lo cierto es que el tránsito de esta reforma fue bastante accidentado. En la primera legislatura de Gustavo Petro, cuando fue radicada por la exministra Gloria Inés Ramírez, el proyecto de ley fracasó sin que superara siquiera su primer debate.

Hoy, el presidente del Senado, Efraín Cepeda, aprobó el recurso que revive la reforma laboral. Según el congresista Ariel Ávila, esta reforma se requieren 37 días, es decir, a más tardar el 20 de junio deberá pasar por una nueva comisión —que decidirá Cepeda— y después seguirá el curso en la Plenaria del Senado.

Anteriormente, la propuesta no logró el consenso con los empresarios, que calificaban la reforma como favorecedora para los trabajadores, sin tener en cuenta el impacto económico para el tejido empresarial.

De hecho, fue en el marco de la primera discusión que desde el Banco de la República se publicó un análisis en el que se advertía que si se aprobaba la reforma se podrían perder más de 450.000 puestos de trabajo. Este análisis fue deslegitimado por los defensores del proyecto de ley, quienes argumentaron que el mismo se construyó con datos del 2012. El Ministerio de Trabajo, por su parte, expuso que en un estudio interno se encontró que, al contrario, la aprobación de la reforma hubiera generado más de 90.000 empleos al año.

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