Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Esta semana se destacó una guerra de marcas de pollo frito. Frisby, la emblemática cadena colombiana, levantó una espina por lo inverosímil de un supuesto “Frisby España” que abría las puertas en Bilbao y ofrecía franquicias en la Unión Europea usando su logo, su icónico “pollo Frisby” y hasta concursos de pollo gratis en redes sociales.
El problema, advierte la compañía pereirana, es que los anuncios no tienen sustento. O al menos, no tiene vínculo con la empresa que ha convertido el pollo frito en símbolo nacional, ya que desmintió cualquier plan de expansión en España.
“No ofrecemos ni autorizamos a terceros el modelo de franquicias para la apertura de restaurantes”, señaló. También anunció medidas legales contra los responsables por apropiación indebida de su identidad gráfica y notoriedad de marca. Para muchos, parecía un caso clásico de estafa digital.
Le podría interesar: Las exportaciones colombianas aumentaron en marzo
Pero la respuesta de “Frisby España SL” fue confrontativa. La firma, con sede en Bilbao, sacó pecho de tener registrada la marca FRISBY en la Unión Europea y, con un comunicado propio, se desmarcó de cualquier vínculo con la compañía colombiana. Dejó claro que su uso de la marca “no es indebido”, sino que responde a un proceso de registro “legítimo y transparente” ante la EUIPO, la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión.
La respuesta terminó siendo un balde de agua fría para los ejecutivos de la marca nacional: el pollo, al parecer, había volado legalmente —sobre el papel— al continente europeo; sin embargo, enfatizó que cualquier uso de su marca fuera del territorio colombiano sería, en palabras de la compañía, un “aprovechamiento indebido” de su reputación y una violación de sus derechos como marca notoria, reconocida por la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC).
Recomendado: ¿Sigue siendo negocio comprar vivienda para arrendar?
Mientras tanto, Frisby España insiste en que abrirá su primer local en los próximos meses. “Consideramos impropio calificar como ‘uso indebido’ una operación plenamente registrada, desarrollada con seriedad y visión a largo plazo”, comunicó la compañía con sede en Bilbao.
La guerra del pollo apenas comienza. Y, como en todas las buenas historias de franquicias, la salsa secreta está en los detalles legales.
💰📈💱 ¿Ya te enteraste de las últimas noticias económicas? Te invitamos a verlas en El Espectador.
