
Ante la duda, que se presente la alegría. Al menos así lo asumió la gente que llegó al estadio Metropolitano de Barranquilla este martes. Al mínimo atisbo de angustia, la gente reaccionaba como si la esperanza no fuera una sensación sino un reflejo de la vida misma. “Tenemos que ganar” era la consigna, pero en lugar de escucharse con una presión difícil de manejar, se escuchaba con un optimismo terco, al que ninguno renunció.
Por ese camino parece uno entender por qué Colombia juega en una ciudad como Barranquilla. Como es costumbre, horas y...