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El levantamiento de pesas es un deporte que requiere muchas destrezas. Además de la posición de piernas y brazos, la respiración cumple un papel fundamental a la hora de alzar el peso, pero detrás hay mucho más en juego. “Cualquier deporte requiere mucha determinación y confiar en el trabajo que se ha hecho, porque para llegar a una gran competencia tiene que haber gran esfuerzo antes”, dice Yeison López, el chocoano de 24 años que en los pasados Olímpicos de París consiguió una medalla de plata, un gran honor para su familia y para el país.
En la halterofilia las categorías dependen del peso corporal, mientras que la competencia tiene dos etapas: el arranque, en el que el deportista debe elevar la barra desde el suelo hasta por encima de la cabeza en un solo movimiento, y el levantamiento a dos tiempos o envión, en el que se debe llevar la barra a los hombros y luego levantarla por encima de la cabeza. La suma de los mejores intentos en cada movimiento es la que determina al ganador.
El arranque
Yeison llegó a Cali con su familia desplazados de la violencia en Istmina, Chocó, cuando aún era pequeño. Rápidamente le empezó a interesar la halterofilia, que para esa época ya practicaba su primo, el pesista Wílmer Torres. Su ascenso fue rápido, al punto de que a los 18 años ya había llegado a lo más alto del podio en cuatro Mundiales y cinco Juegos Panamericanos, mientras que Olimpic Channel lo consideró, en 2016, el deportista joven más fuerte del mundo.
Pero tras competir en el Panamericano de Miami, en 2017, una prueba positiva de dopaje con boldenona trajo consigo una sanción que lo dejó por fuera de las competencias por cuatro años y le quitó la posibilidad de luchar por una medalla en los Olímpicos de Tokio. Fueron tres pruebas que le realizaron en menos de un mes, de las cuales una salió positiva. Él no fue el único, pues cuatro pesistas más enfrentaron procesos similares, así como el tenista Robert Farah.
Con esto hubo depresión y una difícil decisión por tomar: seguir intentándolo o cambiar de rumbo. “Quise intentarlo, y las cosas se me dieron. Demostrarles a todas las personas que siempre he sido un hombre muy correcto en todo lo que hago, y más en mi vida deportiva. Nunca hice trampa, nunca hice daño o alteré mi rendimiento. Cuando uno es inocente, uno trata de demostrar su inocencia de todas las maneras, y para mí fue importante mantenerme entrenando y empezar de cero, porque igual sabía de mis condiciones”.
Primer envión
En el tiempo que estuvo fuera de competencia Yeison siguió entrenando y participó en el reality “Desafío Súper Humanos 2018″, que le dejó grandes enseñanzas que hoy sigue aplicando en su vida. Cambió de peso y se estableció en la categoría de 89 kg, en la que en 2023 se coronó como campeón absoluto en los Juegos Nacionales y un año más tarde, en el Mundial de Phuket, Tailandia, logró el paso a los Olímpicos y un nuevo récord en el arranque tras alzar 182 kilogramos.
En este proceso su familia ha sido importante desde el inicio, como cuando su mamá María Julia le daba tres mil o cuatro mil pesos. Más recientemente “mi mamá ha sido fundamental, porque me da fuerza, me enseñó a no rendirme, a seguir adelante. Por eso para mí es importante y valioso poder recompensar eso”, asegura Yeison.
El 9 de agosto de este año Yeison López hizo historia al conseguir una medalla de plata en los Olímpicos. En la arrancada, con ligereza, alzó 180 kilos, mientras que en su último envión logró levantar 210 kilos, para un total de 390 kilos. En su cabeza llevaba las cuentas, con ese resultado aseguraba una medalla, por lo que apenas soltó la barra sonrió, gritó y levantó los brazos, para luego sentarse en pose de meditación. “Lo logramos, lo logramos. En el nombre de Dios, mami. Vamos a conseguir la casa”, dijo minutos después a los medios que lo entrevistaron.
Último envión
Yeison entrena todos los días. Primero en la mañana, de nueve a once o una de la tarde, y luego en la noche, antes de irse a estudiar. Está en cuarto semestre de ciencia deportiva, porque tiene claro que cuando cierre el ciclo deportivo quiere dedicarse a lo istrativo. “Creo que desde ahí puedo seguir trabajando para que más deportistas puedan tener una guía. Hoy hay personas en esos cargos que nunca pasaron por una escuela, nunca levantaron pesas ni hicieron deporte, y creo que hay que apoyar a los deportistas desde el inicio y no cuando ya se han obtenido los resultados”.
A corto plazo, estar en los Juegos Olímpicos fue cumplir una parte de la meta- Sin embargo, le queda la otra parte, que es conseguir el oro. Por eso, 2025 será un año retador, porque espera desde ya la clasificación a los próximos Juegos, en Los Ángeles, para los siguientes tres años dedicarse a su preparación. Cambiará de categoría, competirá en la de 88 kg, “entonces la preparación varía, pero la idea y lo que buscamos con el entrenador Luis Carlos Arrieta es mantener la marca que se hizo en los Olímpicos”.
Con las metas tan claras, si hay algo que el pesista resalta es la disciplina y la resiliencia no solo en deporte, sino en todo lo que se haga. Insiste en que se requiere salir con toda la actitud a lo que uno se enfrenta, que es lo que al final de cuentas lo ha llevado a alcanzar tantos logros. “Soy muy confiado en lo que hago y lo que sé hacer, y me va muy bien en las pesas”.
