
Por las calles de Buga, Valle del Cauca, un niño crecía entre partidos de fútbol, gritos de gol y sueños de ser arquero profesional. Francisco Sanclemente no imaginaba que su destino cambiaría de un momento a otro, sin ningún aviso. Un día sintió unos malestares “comunes”, pero cuando intentó levantarse de la cama el cuerpo dejó de responderle.
“Sentí un dolor brutal en la espalda y me fui al suelo. Las piernas no reaccionaban”. Tenía 18 años. Jugaba en las divisiones menores del Once Caldas, con el que disputó torneos regionales. Su carrera...
