
Barcelona vivió una de sus semanas más intensas y contradictorias de los últimos años. Todavía golpeado por la eliminación europea frente al Inter de Milán, el equipo catalán se reencontró con su mejor versión para vencer 4-3 al Real Madrid en un clásico vibrante que selló su dominio absoluto sobre su eterno rival en la temporada. Cuatro duelos jugados, cuatro triunfos; todos con tintes de superioridad futbolística. El equipo de Hansi Flick, en su primer año al mando, no solo recuperó resultados, sino algo mucho más profundo: la identidad.
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