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La familia de Lyan Hortúa, el niño que fue secuestrado en Jamundí, confirmó que pagó por la liberación del menor de edad, quien fue sacado a la fuerza por sujetos armados, el pasado 3 de mayo, de su vivienda en la vereda Potrerito del municipio vallecaucano.
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“Al ver la poca eficiencia de la autoridad, y ante toda la zozobra que sentíamos de que al niño le pudieran hacer algo, nos vimos obligados a pagar un rescate”, explicó en La FM Sebastián Bonilla, tío del niño de 11 años.
Sumado a esto, Bonilla indicó que ante la falta de avances en la mediación que hicieron organizaciones como la Arquidiócesis de Cali, la Cruz Roja y la ONU, se decidió hacer el pago, del que no especificó el monto. “Escuchamos muchas voces importantes del Estado que nos dijeron que negociáramos por tema económico. No nos ofrecieron más soluciones que esa”.
Esto se suma a lo dicho por la defensora del Pueblo, Iris Marín, quien señaló a Caracol Radio que la familia hizo un pago por la liberación, pero que los funcionarios de la entidad solo mediaron en la entrega del menor de edad, luego de recibir un llamado de la comunidad el pasado miércoles.
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Bonilla también se refirió a otros detalles del secuestro, como que, por ejemplo, su hermana, la mamá de Lyan, tuvo que ser hospitalizada en varias ocasiones por la ansiedad que le estaba generando el secuestro. De igual forma, rechazó las relaciones que hicieron de su familia con grupos armados de la región.
“Mi cuñado tiene una joyería hace 13 años y yo soy médico. Nos han señalado de tener nexos con el narcotráfico, pero eso no es cierto. Se han dicho cosas malintencionadas por desconocer nuestra realidad”, agregó Bonilla.
El niño fue entregado en la tarde del pasado miércoles 21 de mayo a funcionarios de la Defensoría del Pueblo y luego trasladado a la clínica Valle del Lili, donde se dio el reencuentro con la familia. De acuerdo con el centro médico, el niño se encuentra en buenas condiciones de salud, pero sigue internado mientras se terminan de hacer exámenes y se determinan los pasos a seguir en la atención del menor de edad.