{ "@context": "https://schema.org", "@type":"Organization", "name":"El Espectador", "url":"", "logo":{ "@type":"ImageObject", "url":"/pf/resources/images/favicons/favicon-EE-152.png?d=1053", "width":"300" }, "Point": { "@type": "Point", "telephone": "018000510903", "Type": "Servicio al cliente" }, "sameAs":[ "https://www.facebook.com/elespectadorcom", "https://twitter.com/elespectador", "https://www.instagram.com/elespectador/", "https://www.youtube.com//Elespectadorcom?sub_confirmation=1" ]}

“No hablaremos de entrega de armas si ELN sigue con intención de matarnos”: Andrey Avendaño

En entrevista con Colombia+20, Andrey Avendaño, miembro del equipo negociador del Estado Mayor de Bloques y Frente (EMBF) en el proceso con el Gobierno y jefe del Frente 33, habló desde Catatumbo donde se instalará la Zona de Ubicación Temporal (ZUT). Dice que una de las principales preocupaciones es el foco de violencia que sigue encendido con la guerrilla del ELN y advierte que en los últimos días han recibido varios ataques con explosivos lanzados desde drones que ellos han respondido de la misma manera.

Gloria Castrillón Pulido
29 de mayo de 2025 - 11:31 a. m.
Andrey Avendaño, miembro del equipo negociador de ese grupo armado en el proceso con el Gobierno y jefe del Frente 33 del EMBF  durante rueda de prensa luego del sexto ciclo de diálogos entre el Gobierno y las disidencias de Calarcá Córdoba.
Andrey Avendaño, miembro del equipo negociador de ese grupo armado en el proceso con el Gobierno y jefe del Frente 33 del EMBF durante rueda de prensa luego del sexto ciclo de diálogos entre el Gobierno y las disidencias de Calarcá Córdoba.
Foto: Mauricio Alvarado Lozada
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Al comienzo de esta entrevista, Andrey Avendaño, comandante del frente 33 y delegado del bloque Magdalena Medio en los diálogos del gobierno con el Estado Mayor de los Bloques y Frentes, advierte que en los últimos días han recibido varios ataques del ELN con explosivos lanzados desde drones.

Está en algún lugar del Catatumbo y dice que no se siente bien porque ha tenido que ver a sus amigos, a las comunidades y a los líderes sociales salir desterrados del territorio. Insiste en que tiene la moral en alto y que con actitud positiva tiene la intención de avanzar en la construcción de la Zona de Ubicación Temporal que el presidente Gustavo Petro autorizó crear en Tibú, el pasado 23 de mayo.

Aun no se conoce el lugar ni la extensión de dicha zona por razones de seguridad, pero parte de la delegación de gobierno en esta mesa está adelantando unas jornadas de diálogo social en Cúcuta para socializar la resolución y explicar los objetivos de dicha zona. Andrey, por su parte, explica cómo avanza la creación de la zona y advierte sus temores y reservas al respecto.

¿En qué fase de la construcción de la zona están?

Hasta ahora se ha construido el protocolo de traslado. Es un documento que dispone las medidas para llegar desde los puntos donde se encuentran nuestras unidades hasta al punto final que es la ZUT. Pronto vamos a empezar el proceso de construcción del protocolo de funcionamiento de la ZUT, que permitirá clarificar muchas cosas como el tema de los tiempos. A mí no me gusta hablar de plazos porque deberíamos construirlos en la medida que vamos avanzando para no quedar mal. Yo comprendo que es una decisión del presidente firmar la resolución y determinar que en un mes y 15 días logremos nosotros estar dentro de la ZUT. Pero se desconoce la realidad del Catatumbo. Primero que todo por los temas de seguridad. Segundo, porque podemos gastarnos más tiempo en la construcción de los protocolos, esos documentos no se lo impone una parte o la otra.

¿Por qué cree que 45 días es poco tiempo para el traslado de los combatientes hacia la ZUT?

Porque no está claro el tema de las garantías de que no vamos a ser juzgados, por ejemplo, quienes hoy somos reincidentes, como es mi caso. Todo el país conoce que yo fui firmante del Acuerdo de 2016 y en el acta de compromiso que firmamos decía claramente que si volvíamos a utilizar las armas tendríamos una pena establecida. Para tomar la decisión de llegar a ese espacio eso debe quedar claro porque uno no va allá a irse preso o irse para los Estados Unidos, en ese caso uno prefiere quedarse en la montaña. Tampoco se ha establecido nada frente a la situación jurídica de los que no son reincidentes. Uno no ve condiciones en el Congreso para que pase una reforma en ese tiempo tan corto. Lo otro que debe quedar claro es que entrega de armas no puede haber en este momento cuando el país está totalmente polarizado, cuando hay unos grupos paramilitares en avance, cuando el ELN está buscando la forma de matarnos. Nosotros no podemos de manera irresponsable dejar sola a la gente que de una u otra manera ha confiado en nosotros. El Estado tendría que brindar todas las condiciones de seguridad para que esas comunidades que quedan donde nosotros estamos se sientan protegidas. Nosotros estamos preocupados por las represalias que pueda tomar el ELN con las comunidades donde hoy nosotros ya estamos haciendo presencia. No podemos solo irnos para la ZUT y dejar una cantidad de problemas sin resolver. No se trata solo de resolver nuestra situación.

La Corte autorizó la extradición de Olmedo, ¿qué propuestas ha presentado el gobierno sobre la seguridad jurídica para ustedes?

Según la ley 2272 mientras estemos en esos espacios se suspenden las órdenes de captura, incluidas aquellas con fines de extradición, pero eso es solo durante el tiempo que dure la ZUT. Pero aún no hay claridad y lo hemos preguntado infinidad de veces porque vemos que hay un limbo, hay un vacío jurídico que no permite tener la confianza de decir vamos a avanzar en esto. Es claro que la ley cobija a quienes hoy no están privados de la libertad, pero en el caso, por ejemplo, del comandante Olmedo, que ya está privado de la libertad la única alternativa que queda acá es de que el presidente tome la decisión de frenar la extradición. No tendríamos ninguna confianza para seguir avanzando en un diálogo si se extradita a uno de sus delegados, porque él es un delegado en la mesa. No hay una propuesta sobre cómo se va a abordar el tema.

Decirle que vamos a colocar 45 días para que entren todos los integrantes del Frente 33, eso es como decir, vamos a entregarle el territorio al ELN del todo para que ellos hagan lo que quieran. Si en esos 7 meses no se pudo resolver lo de la ley y nos dicen que tenemos que irnos a pagar cárcel, entonces nosotros tendríamos que regresarnos, o sea, quiere decir que perderíamos todo lo que hemos construido durante 7 años.

¿Qué opciones hay?

Nosotros hemos propuesto hacer un acuerdo de gradualidad y que nos pongamos unas tareas que podamos verificar y cuando haya claridad frente a la situación jurídica, vamos dando el paso y vamos transitando gradualmente.

¿Cómo se imagina esa gradualidad?

Inicialmente tendría que llegar un grupo, por ejemplo, los que están en la mesa de diálogo, para la elaboración de los protocolos, el acondicionamiento de los espacios y nos vamos poniendo tareas específicas, por ejemplo, avanzar en el tema jurídico, el retorno de las comunidades al territorio o el tema de la sustitución de cultivos. O sea, en la medida en que vayamos cumpliendo, vayamos superando esas fases, entonces la gente se va trasladando desde los sitios donde hoy están hacia la ZUT.

El gobierno insiste en que ustedes deben entrar sin armas a la ZUT y que no deben entrar menores de edad tampoco, ¿están de acuerdo?

Las armas no son el problema si tenemos la voluntad y si queremos transformar el territorio. Las armas son un medio y tenemos que buscar la alternativa para que esos medios no sean utilizados. Nosotros hemos estado en plena disposición a guardar el fusil, no tenemos ninguna dificultad. Si hay que dejar de utilizarlo, dejamos de utilizarlo. Lo que no está en juego es el término entrega de armas, eso no puede estar dentro de la discusión y hemos sido muy enfáticos en plantearlo desde el primer día. Hay que dar esa discusión, pero por el momento, mientras persisten estas condiciones de guerra en el territorio es muy difícil hablar de una entrega de armas. Hemos dicho: si quieren las armas de las FARC, quítennos las banderas. Si eso pasa nosotros haríamos unas asambleas con las comunidades campesinas y le preguntaríamos si estos fierros no son necesarios, miremos de qué manera los vamos a inutilizar, si los juntamos y hacemos unos rieles o una placa huella, pero que sea una decisión con las comunidades.

Y en el tema de los menores de edad nosotros hemos sido muy enfáticos en que tenemos que buscar una alternativa y todas las posibilidades para que los jóvenes no tengan que recurrir a la violencia y mucho menos estar con armas sobre sus hombros. En la actualidad dentro de las filas frente 33 quedan muy poquitos menores de edad. No podemos darles la espalda a ellos porque muchos de los que están han sido los familiares los que nos los entregaron para que los ayudáramos a formar. No podríamos ser irresponsables y dejarlos botados. No podemos repetir los errores del pasado. En el 2016 los menores los entregaron a Bienestar Familiar y terminaron por allá trabajando en los paramilitares o de raspachines. Queremos que tengan alternativas de estudiar. Hace poco entregamos cuatro muchachas al CICR y a la MAPP OEA y a las 2 horas estaban de regreso a los campamentos.

Lea también: “Uno no entrega armas para ir a la cárcel”: jefe de disidencia que se concentrará en Nariño

¿Cuántas personas cree usted que se van a ubicar en esa zona?

Eso depende del avance de acuerdos a los que vayamos llegando. Podría decir que vamos a llegar inicialmente unos 40 o 50.

¿Qué harían esas personas combatientes del Frente 33 durante esos 7 meses en esa zona?

Como somos agricultores, esperamos que se pueda hacer un plan integral, al que podamos llegar a cultivar. Yo me imagino una zona de ubicación donde podamos hacer un proyecto de arroz. Podemos hacer un piloto frente al tema de la economía campesina, tener una parte del terreno con unas reses, tener un puesto de salud, un aula donde la gente pueda formarse y estudiar, que pueda ir el SENA a dar capacitaciones que se pueda tener una interlocución con los liderazgos sociales del territorio. No podríamos llegar allí a aislarnos del mundo.

¿Qué ha pasado con el bloque Jorge Suárez Briceño (estructura de Calarcá Córdoba), hay una fractura en el grupo?

No, para nada. Nosotros con ellos tenemos una comunicación muy fluida y permanente. De hecho, ellos han apoyado la decisión de que aquí se puede hacer la ZUT en el Catatumbo y que sea un plan piloto, que sea una verdadera aldea de paz y que podamos demostrar que es un espacio al que vale la pena apuntarle.

¿Pero no ha vuelto a sesionar la mesa?

Lo que no hay hoy es el cese al fuego, pero la mesa se mantiene con toda la estructura del Estado Mayor de los Bloques y Frentes, ahí están los delegados y se manejan las comunicaciones. El silencio de los camaradas no significa un rompimiento con nosotros. Yo creo que hoy estamos más unidos que nunca en la decisión de apuntarle a la paz y lo vamos a hacer con gobierno o sin gobierno. Nosotros consideramos que tenemos que ser parte de los cambios y de las soluciones en las regiones donde estamos. Los camaradas allá han estado vinculados al 100% en los proyectos productivos, en la economía solidaria y a esos planes de transformación.

Pareciera que hay dos mesas con ritmos distintos, una con ustedes pactando la ZUT y otra con Calarcá que además dijo que no le interesaba una Zona de Ubicación...

No. Según tenemos entendido la delegación de gobierno está dividida en dos equipos por las condiciones del terreno: uno está direccionado hacia el Catatumbo y el otro en la situación del Caquetá. Dentro de la mesa se formaron unas subcomisiones que aún se mantienen.

¿Se han adelantado os con el ELN para acordar que respete la ZUT?

Personalmente considero que no es una decisión acertada, porque sería como pedirles encarecidamente el favor de que dejen construir paz en el territorio, No comparto la idea de que se tenga que hablar con ellos para que funcionen las cosas. Considero que el Estado debe brindar las garantías necesarias para que se pueda construir la paz, no solamente en el municipio de Tibú, sino en todo el territorio nacional. El Estado tiene la misión constitucional de hacerlo sin necesidad de pedirle permiso al uno o al otro para que se pueda hacer la paz.

¿Qué pasa con la población que quede dentro o alrededor de la ZUT, ¿Cómo garantizar la seguridad de esas personas?

Hemos sido muy cautos en buscar un sitio donde la gente quede lejos de la ZUT. Las personas que estábamos haciendo este ejercicio tratamos de evitar al máximo que no quedaran viviendas cerca del lugar.

¿Qué tipo de protección tendría la ZUT para que no sea atacada por el ELN?

Hasta ahora nos hemos basado en las experiencias que hay, no habría que cambiar mucho. Se deben cubrir unos perímetros especiales, otros cubriendo las entradas, otros en algunos sitios estratégicos para evitar, por ejemplo, que vuelen un dron, que haya un ataque, pero no se ha establecido como tal todavía protocolo de funcionamiento que es el que aspiramos construir en los días que están por venir.

Las comunidades se quejan del uso de los drones y la afectación a civiles, hoy unas madres hablaron de 18 personas fallecidas en combates en los últimos días, ¿qué reporte tiene usted?

Tenemos conocimiento desafortunadamente de unos combatientes del ELN que han muerto en la confrontación, pero no en esa cantidad tan alarmante. No se han presentado combates fuertes, pero sí hostigamientos con drones. Hay días en los que nos han mandado más de 50 bombas por día a los lugares donde estamos nosotros y viceversa, porque también nosotros los utilizamos, no lo podemos negar. Esa es la dinámica de la guerra hoy en el Catatumbo en la mayoría del territorio nacional.

Es muy preocupante escuchar que los dos grupos itan el uso de los drones porque afectan a los civiles como ya ha pasado…

Sí, claro. La dinámica de la guerra de hoy hace que usted se convierta en presa fácil del otro. Eso lo operan dos personas que van en una moto y desde el dron tiran cuatro o cinco granadas, se mueven de sitio y vuelven y hacen la misma operación. Es una guerra demasiadamente peligrosa porque el ELN utiliza las viviendas de la población civil para refugiarse y se debe verificar que no haya civiles para atacar.

Pero ya han muerto civiles y ELN y disidencias se culpan mutuamente, eso es inaceptable…

Esa es la gran preocupación de nosotros porque la comunidad es doblemente afectada. Aparte de que le toca financiar la guerra, están colocando también parte de los muertos. Nosotros hemos hecho un llamado encarecidamente al ELN para que saquemos de la confrontación armada a la población civil. La gente está cansada de la guerra y no podemos nosotros condenarlos a que la sigan padeciendo si tenemos aún un poco de sentimiento revolucionario.

¿Si ustedes entran en la Zona de Ubicación se comprometen a no volver a usar drones?

Claro que sí, porque le estamos apuntando a una transformación real y a la consolidación de paz en el territorio y no habría necesidad de utilizar ni drones ni armas. Ese es el objetivo, buscarles solución a los problemas de manera pacífica y que las armas no hagan parte ni de la política ni de la cotidianidad de la vida de los hogares.

✉️ Si le interesan los temas de paz, conflicto y derechos humanos o tiene información que quiera compartirnos, puede escribirnos a:[email protected];[email protected]o[email protected].

Gloria Castrillón Pulido

Por Gloria Castrillón Pulido

Periodista con maestría en asuntos internacionales y resolución de conflictos. Ha reporteado temas de política, derechos humanos, conflicto armado y ha cubierto las negociaciones de paz con las Farc, el Eln y las Auc. Consultora en conflicto armado, memoria, género y construcción de paz.@ glocastri[email protected]

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
Aceptar