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Este jueves se produjo el primer retorno masivo y voluntario hacia Catatumbo, tras la fuerte arremetida del ELN hace dos meses y, luego, las confrontaciones con la disidencia de las antiguas FARC, conocida como Estado Mayor de los Bloques y Frente (EMBF).
Autoridades han afirmado que cerca de 250 familias decidieron regresar voluntariamente a esa región de Norte de Santander. En los videos que han circulado por grupos de WhatsApp y redes sociales se ve al menos una decena de buses y dos camiones que partieron desde Cúcuta.
La población pidió el acompañamiento de la ONU y de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia. Además, hará presencia una parte de la delegación de Gobierno en la mesa de diálogos con el EMBF. Los representantes serán la coronel (r) de la Policía, Genny Calvo y el líder indígena Feliciano Valencia.
El plan de retorno, según conoció Colombia+20, consiste de tres fases. La primera se cumplió este jueves con la partida de los buses hacia Tibú. Allí se hará la segunda parte.
En un punto a las afueras de ese municipio se dispondrá de un albergue temporal para que se concentren los retornados. Aunque no se conoce por cuánto tiempo estará disponible este punto, si se tiene contemplado una coordinación de esfuerzos entre el Gobierno Nacional y otras instituciones para proveer a los retornados de elementos básicos.
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Las familias retornadas hicieron, a través de un comunicado, varias peticiones a las entidades del Gobierno, una de ellas que el acompañamiento sea en todas las fases: “salida, movilización, llegada, permanencia en el refugio y supervivencia en el territorio”.
La tercera fase contemplada es un plan de acompañamiento para realmente volver a sus veredas, fincas y/o viviendas.
El presidente Gustavo Petro dio a entender en un corto mensaje en su cuenta de X (antes Twitter) que este retorno era parte de los “frutos” de la declaración de conmoción interior que declaró hace dos meses en parte de Norte de Santander y Cesar. En el mensaje también hizo ver que era posible un atauque contra el ELN.
“La conmoción interior está rindiendo frutos: congelada la ofensiva militar del ELN. Aunque se alista al ataque. Posibilidad de finiquitar el proceso de paz con el frente 33 Más de 7.500 hectáreas de hoja de coca inscritas en el programa de pagos por erradicación voluntaria de matas de coca. Y, empieza el retorno del campesinado a sus zonas”, dijo.
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Diógenes Quintero, representante a la Cámara por la curul de paz de Catatumbo, replicó el mensaje del presidente y le dijo que no era un retorno de campesinos a sus parcelas, sino a un refugio humanitario y afirmó que los funcionarios del gobierno no le están diciendo la verdad al mandatario.
“Esas personas no van para sus parcelas, ni para sus viviendas. Van a instalarse en un refugio humanitario, porque aún no tienen condiciones para retornar a sus tierras; pero se resisten al desarraigo y muchos están en profunda indignidad en hoteles y albergues. Muchas familias desplazadas se han dispersado en las ciudades y otras han retornado sin el acompañamiento de las autoridades y sin un retorno seguro. Siento presidente que sus funcionarios no le dicen la verdad de lo que sucede en el Catatumbo”, dijo el representante.
En el mismo comunicado emitido por organizaciones sociales y los habitantes de esa región que están en situación de desplazamiento se explicaba que, aunque la población reconoce los esfuerzos de las entidades del Estado para atender la emergencia en el Catatumbo, también eran conscientes de la “necesidad de construir condiciones para desescalar el conflicto” y que ese proceso debería surgir desde el territorio. Por ello, decía el documento, tras 70 días “fuera de nuestra región”, los habitantes dijeron que se vieron obligados a retornar.
El objetivo, de acuerdo con varios líderes que hablaron con este diario, es establecer una suerte de Comunidad de Paz -como la que hay en San José de Apartadó- y que esté ubicada en la vereda Bertrania, con apoyo de la comunidad internacional, la Defensoría del Pueblo y la Gobernación de Norte de Santander.
“Nos toca volver porque no podemos estar siempre en Cúcuta. Nos faltan cosas. Vamos a un refugio, sí, pero esperamos que eso sea algo temporal y que luego podemos establecernos más fuertemente”, dice uno de los líderes.
Sobre si hay temor de su seguridad, el poblador afirma que siempre existe el riesgo, pero que confía en que el Gobierno les brinde apoyo para su regreso y que los grupos armados respeten la zona en donde van a estar.
Algunos mandatarios locales no han respaldado la propuesta pues aseguran que no hay las condiciones de seguridad necesarias para esta población. Hace una semana, el consejero de paz de Norte de Santander, Luis Fernando Niño, le dijo a este diario que no estaba de acuerdo con ese tipo de regresos. “El gobierno estaba planteando un retorno para que comenzara el plan de sustitución de cultivos ilícitos, pero eso es una locura, es una cosa descabellada para nosotros porque no hay condiciones de seguridad mínimas para devolver 50.000 personas al Catatumbo. Eso no se puede hacer”, indicó.
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